La Selva Tropical es una clase de bioma (región
biogeográfica) típica de las zonas ecuatoriales y tropicales, con gran
afluencia de lluvias. Allí se cobijan muchísimas formas de vida desde microorganismos
hasta grandes especies de animales.
Se caracteriza por temperaturas medias anuales de 25°C, abundantes precipitaciones de hasta 4,500 ml por año y su factor limitante es la luz. Las temperaturas elevadas y la humedad excesiva originan varios estratos o pisos de árboles, que luchan por alcanzar la luz, a la que llegan sólo los ejemplares gigantes que se elevan hasta una altura de 40 a 50 metros.
Otro nombre que se da a este ecosistema es selva
siempre verde, debido a que algunas especies de árboles conservan sus hojas
más de un año y otras no las pierden al mismo tiempo, sino en temporadas
diferentes. Así, mientras a unos árboles se les caen las hojas, a otros les
retoñan. Como los nuevos brotes crecen en poco tiempo, la selva conserva su
verdor.
Las selvas tropicales se suelen llamar "la mayor
farmacia mundial" debido a la gran cantidad de medicinas naturales que
provienen de ellas, así como “pulmones del Mundo”, por la liberación de oxígeno
realizada por las abundantes plantas.
El suelo, que proporciona agua y sales minerales es
poco fértil en la selva, ya que la materia orgánica es rápidamente descompuesta
por el calor y la humedad, y los nutrientes son lavados por las intensas
lluvias. Hay acumulación de óxidos de hierro y aluminio que le dan ese color
rojizo particular. Además, permanece húmedo, ya que el follaje espeso absorbe
casi toda la luz y no permite el paso de los rayos solares hacia el interior.
El agua es importante, pues contribuye a que el suelo
selvático sea fértil. Esto es posible porque continuamente caen hojas, frutos
y hasta ramas de los árboles para formar una capa que cubre el suelo. Entonces
entran en acción bacterias pequeñísimas, que ayudadas por lo húmedo del
ambiente, pudren en poco tiempo esa capa vegetal, lo cual permite que las
sustancias nutritivas regresen al suelo y sirvan de abono natural a nuevas
plantas. A esta capa de materia orgánica muerta se le llama humus.
En la selva tropical se encuentra una gran riqueza de
fauna con una diversidad de formas de vida sorprendentes:
Insectos: tarántulas, hormigas, mariposas,
luciérnagas, avispas, grillos, etc.
Aves: loros, tucanes, hoatzines, kiwis, guacamayos,
pericos Cabeza Amarilla, codornices, pájaros carpinteros trogones, halcones
grises, águilas arpías, lechuzas y búhos.
Mamíferos: murciélagos Zorros Voladores, murciélagos
vampiro, ardillas voladoras, tapires, venados Temazate, jabalíes, armadillos,
perezosos, monos araña, monos aulladores, gorilas, orangutanes, etc.
Reptiles: mambas, anacondas, camaleones, salamandras,
iguanas, lagartijas, culebras, víboras, etc.
En esta zona bioclimática, la cantidad de
interacciones animal/planta es máxima, con muchas adaptaciones complejas para
facilitar estas interacciones, incluyendo no solamente interacciones
destructivas como en los herbívoros sino también interacciones mutamente beneficiosas
tales como en los polinizadores y la dispersión de los frutos. Muchos grupos
principales de aves (colibríes y otros) y mamíferos (murciélagos) que se
alimentan en las flores son tropicales, al igual que la mayoría de las aves y
mamíferos que se alimentan de frutas. Los animales que permanecen en el suelo
se benefician de la caída de los frutos maduros.
La deforestación es uno de los principales problemas causados
por los humanos. La destrucción del hábitat es más serio en este bioma que en
los demás debido a la tremenda diversidad de especies del bosque pluvial
tropical, el rango limitado de muchas y, especialmente, a que tantas de ellas
no se han descrito o se conocen muy poco. En ninguna otra parte existe mayor
probabilidad de que ocurra la extinción de especies, incluso de muchas que no
llegaremos a conocer.
Entre las especies animales que todavía siguen siendo
perseguidas se encuentran los felinos (por sus pieles) y animales para ser
usadas como mascotas (loros, peces de agua dulce).
Estas selvas son utilizadas por los humanos para
obtención de alimentos y materias primas; como lugares turísticos; para obtener
plantas medicinales y para crear conciencia sobre el medio ambiente.
Entre los servicios del ecosistema se incluye usos no
extractivos, como el mantenimiento de la biodiversidad, el control de las
precipitaciones e inundaciones, y el incremento del conocimiento científico.
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